Sonreía

Mis lágrimas corrían por la almohada,
pero es que se escapaban;
no lloraba, sonreía.

Sonreía a lágrima viva, sonreía, y mis lágrimas
corrían por la almohada; no lloraba, sonreía. Sonreía.

Es que desde lejos te veía que decías
de esas frases que entrelazan
dulcemente tus paisajes.
Los pintabas a otra con la magia
que a mí me los pintabas.

Pero de otra manera.
Mis paisajes eran míos; ya no los recuerdo, casi.
Sólo sé que eran muy bellos.
Fugaron por las laderas de mis bosques centinelas.
Mis paisajes, ya no los recuerdo, casi.
Sólo sé que eran muy bellos.

Y le hablabas, mirándola, toda ella, mirándola. También ella sostenía tu mirada. y reía y reía como yo lo hice un día: extasiada.

En tus labios dibujábanse turquesas, caracolas y corales, y mareas.
En tus ya muertos paisajes creo fui garza, cañada, encina, pluma.
Ya no los recuerdo, casi.
Sólo sé que eran muy bellos

Hoy, lejos de tu palabra, descuidamente prodigada,
todavía mis lágrimas me corren por la almohada,
pero es que se me escapan: ya no lloro: yo me río.
Y me río a lágrima viva, y me río de mis lágrimas que corren por la almohada y no lloro, yo me río. Yo me río.

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