Flores te traigo, rosas te entrego. Rosas que ven la mañana prendidas a tu ventana. Y allí queda el alma herida, con el dolor de la ofrenda, que se la sabe perdida, entre el amargo de ausencia. Y así rogando voy, tu amor, mi extraño amor, con la ilusión en flor, dentro del corazón. Y mientras ruego así, engaño mi dolor, al calor del ensueño con que sueño. ¿Qué más he de entregar? todo, todo te dí, en una flor de azahar, que se murió al prender flor. Mi amor escondido, mi angustia, mi tristeza, mi dimensión, mi estrella y mi silencio herido. Y así rogando voy, tu amor mi extraño amor, con la ilusión en flor, dentro del corazón. Y mientras ruego así, engaño mi dolor, al calor del ensueño con que sueño. Rogando voy así, tu amor mi extraño amor, mientras vive la flor, toma la vida. Que a un aroma, amor, amor de flor de olor. Sólo me queda una, rosa para ofrecerte, ni el azahar, ni el ensueño, ni la dulce esperanza. Sólo me queda una, rosa par